Estimados lectores:
En algunas ocasiones ya he puesto en duda el epíteto de moderados que se le asigna a países del mundo árabe como Egipto. En efecto, los gobiernos de esos países son gobiernos autoritarios, con unos indices de popularidad muy bajos, escasamente democráticos y en absoluto moderados. Se les denomina así simple y llanamente porque son gobiernos árabes aliados de EEUU y por su consistente persecución a los partidos u organizaciones islamistas locales, como por ejemplo a los Hermanos musulmanes en el caso egipcio.
Una muestra de que esos gobiernos no son ni democráticos ni moderados la tenemos en su trato a las minorías. Es sobradamente conocida la persecución encubierta que sufren los cristianos coptos en Egipto, pero quizás pase más desapercibida la que sufren los miembros de la fe Bahai desde la llegada de Gamal Abdel Nasser al poder. Hoy, he encontrado un artículo que trata de este tema y paso a reproducirlo integramente a continuación.
La persecución religiosa en Egipto.
por Rafael Cerrato.
Fue en 1868, cuando los primeros Bahais aparecieron en Egipto. Con posterioridad, en el año 1.910, a la llegada de Abdu´l-Bahá a Alejandría con la intención de partir desde allí para Europa, donde fue recibido por Shaykh Muhammad´Abduh, quien años más tarde llegaría a ser Mufti de Egipto, alcanzaría su reconocimiento definitivo en este país, hasta el punto, de que, los periódicos más importantes de la época, reconocieron su autoridad con titulares como este: "Su Eminencia Mirzá ´Abbás Efendi, ilustre y erudita cabeza de los Bahais de Akká y centro de autoridad para los Bahais del mundo".
El reconocimiento definitivo, se produjo el 10 de mayo de 1.925, en que una sentencia del tribual Islámico de Egipto, declaraba por primera vez que "la Fe Bahai, es una nueva religión independiente".
El reconocimiento definitivo, se produjo el 10 de mayo de 1.925, en que una sentencia del tribual Islámico de Egipto, declaraba por primera vez que "la Fe Bahai, es una nueva religión independiente".
Nasser y la discriminación Bahai
Pero con la llegada de Gamal Abdel Nasser al poder, la situación comenzó a cambiar. En el año 1.960 se publica el decreto presidencial nº 263, con el propósito de disolver todas las instituciones Bahais, prohibir sus actividades y confiscar sus bienes. Todo ello, pese a que la constitución egipcia, garantiza el derecho a la libertad religiosa. A partir de ahí se inician confiscaciones de templos, persecuciones y encarcelamientos. Se cree que el motivo fue debido a la enemistad con los Israelíes y al encontrarse el centro de la Fe en Haifa. Los Bahais recurrieron este decreto ante el tribunal constitucional.
En el mes de marzo de 1.975, ante la presión de los religiosos extremistas, el tribunal resolvió que el decreto era constitucional. A pesar de que la religión llevaba legalizada por entonces 50 años, dejo de ser reconocida. Además, se alegaba que los miembros de la Fe Bahai, atentaban contra el orden público.
La preocupación de la ONU
En el año 1993, el Comité de Derechos Humanos de la ONU, en sus observaciones finales, manifestó su preocupación por las disposiciones judiciales restrictivas de Egipto con respecto a la libertad de: opinión, conciencia, religión, reunión y asociación. Haciendo hincapié en que las restricciones a las comunidades religiosas y muy especialmente a la Bahai, no se ajustaban a lo dispuesto en el artículo 18 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (CCPR/C/79/Add.23). A pesar de esto, la situación no mejoró, si no que al contrario, lentamente siguió empeorando.
Fue en el mes de mayo de 1998, cuando se dictó una Fatwa, motivada por el nombramiento previsto de un profesor Bahai en la universidad del Cairo. Al final, ante las presiones internacionales, pudo ocupar su cargo.
A mediados de enero del año 2000 fueron detenidas y encarceladas siete personas por profesar la Fe Bahai. Más de una decena de presuntos seguidores de la Fe Bahai, en la gobernación de Sohag, fueron detenidos entre enero y abril del 2001, permaneciendo encarcelados varios meses. En febrero, el relator especial de la Onu sobre la intolerancia religiosa señaló: "Los Bahais no están autorizados a reunirse, sobre todo en sus conmemoraciones religiosas y sus libros son destruidos".
¿Una discriminación estatal?
En el año 2002, el Comité de derechos humanos de la ONU, emitía el siguiente informe: "El Comité muestra su preocupación acerca de las violaciones de los derechos de libertad de religión y creencia. El Comité lamenta la prohibición de culto que se ha impuesto a la Comunidad Bahai. El Comité también esta preocupado por las presiones a las que se ha visto sometida la judicatura por los extremistas que pretenden actuar en representación del Islam, y que en algunas ocasiones han logrado imponer en los tribunales su propia interpretación de la religión" (artículos 14, 18 y 19 de la Constitución).
El partido gubernamental debe comprobar que su legislación y su puesta en práctica estén en consonancia con el artículo 18 de la Constitución en lo que se refiere a los derechos de la Comunidad Bahai y en reforzar dicha legislación, en particular el Acta número 3 de 1996, para que sea congruente con los artículos 14, 18 y 19 de la Constitución. Y por fin llegamos al año 2.006, donde se ha producido la actuación más preocupante.
En abril del año pasado, una de las oficinas de la administración pública en Alejandría, retuvo los pasaportes del matrimonio Rania Enayat Roshdy y Hussam Ezzat Musá, por el hecho de que en él constaban como Bahais. Ellos denunciaron este hecho ante un juzgado de la ciudad y el juicio resultó favorable a la pareja. Los jueces encargados del caso dictaminaron que aunque el gobierno no reconoce a la religión Bahai, por no ser una de las tres religiones aceptadas por la Constitución (Islam, cristianismo y judaísmo), sin embargo no puede negar el derecho a los seguidores de esta religión a obtener sus cédulas de identidad, ni a que hagan constar sus creencias en estos documentos.
La responsabilidad del fundamentalismo islámico
La reacción de los fundamentalistas no se hizo esperar, especialmente los representantes de los Hermanos Musulmanes en el Parlamento del país, obligando al Gobierno, a presentar una apelación ante el Tribunal Supremo para reconsiderar la decisión del tribunal de Alejandría. El 16 de diciembre del 2.006, el Tribunal Supremo dictó: "Concuerda con los principios islámicos mencionar la religión en este carné a pesar de que sea una religión cuyos ritos no están reconocidos para su abierta práctica, tal como el bahaismo y otros. Por el contrario, éstas religiones deben señalarse para que se sepa la condición de su portador y, por consiguiente, que no goza de un estatuto legal, al que su creencia no le da derecho en una sociedad musulmana".
Con este fallo, para que los Bahais puedan obtener sus documentos de identidad han de declarar en sus solicitudes que pertenecen a unas de las tres religiones reconocidas por el país. Al obligar a los Bahais a elegir entre mentir o no tener carné de identidad se están violando los derechos básicos de estas personas, y se atenta contra los principios de la Constitución de Egipto que, aunque sólo reconoce tres religiones (musulmana, judía y cristina), defiende y establece la libertad religiosa. Asimismo, el tribunal declara inválidos todos aquellos carnés de identidad en los que aparezca la palabra "Bahai" en el apartado de religión. De este modo, los más de 2.000 Bahais que residen en Egipto se convierten en indocumentados.
No disponer del documento de identidad en ese país está considerado un delito, castigado con penas de hasta cinco años de prisión. Sin la posesión de ese carné no se puede tener cuenta bancaria, comprar y vender propiedades, beneficiarse de los servicios sanitarios, acceder a un puesto de funcionario ni al sistema educativo, por poner algunos ejemplos.
Por otra parte, el veredicto sienta jurisprudencia para permitir futuras discriminaciones hacia otros grupos que no estén reconocidos por la Constitución del país. Los más de 400 artículos, entrevistas y programas suscitados, tanto dentro de Egipto como en otros países árabes, han situado el caso en la vanguardia de los temas candentes.
El debate sobre la libertad religiosa en Egipto
Asimismo, esta sentencia ha provocado un intenso debate sobre la libertad de fe y la tolerancia de la sociedad egipcia. Numerosos grupos y asociaciones de defensa de los derechos humanos han expresado su repulsa por la polémica sentencia del alto Tribunal, ya que la consideran claramente discriminatoria contra la comunidad bahai. El director de la Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales, Hossam Bahgat, asegura que el gobierno "está obligado a encontrar una solución para los cientos de ciudadanos que no tienen papeles".
La representante de la Comunidad Internacional Bahai ante las Naciones Unidas, Bani Dugal, ha afirmado: "Lamentamos la decisión del Tribunal ya que viola una amplia parte de las leyes internacionales sobre los derechos humanos y libertad religiosa de las que Egipto forma parte hace mucho tiempo", y agregó "nuestra esperanza es que, ahora el gobierno responda a la reacción de la sociedad y cambie sus leyes discriminatorias, y permita a los Bahais que hagan constar su creencia, o que se elimine el apartado de la religión de los documentos oficiales o que consienta que se ponga un raya o la palabra `otra´ en la casilla de religión".
Esta situación acarrea numerosas consecuencias, no sólo para los seguidores de esta religión sino para muchos otros que no profesan las religiones que el estado acepta como válidas.
El gobierno de Egipto deniega derechos a ciudadanos que son cumplidores de las leyes del país, por el simple hecho de tener ideas religiosas a las oficialmente aceptadas. Está claro que este veredicto es contrario a cualquier principio de justicia, equidad y tolerancia y en realidad atenta contra los principios de cualquier sociedad democrática. Al mismo tiempo, es un síntoma preocupante del avance que están experimentando los grupos más radicales del Islam en esta sociedad.
Fuente: infomedio
2 comentarios:
Ya sabes que según ciertos medios islamistas que editan en la red es una situación comparable a la de los musulmanes en Europa.
Cuestión de no tener vergüenza.
Estimado Ignacio:
Tienes toda la razón. Los hipócritas islamistas tiran flores al régimen de Dhimnitud pero sin embargo se pintan como los grandes perseguidos en Europa, a pesar de que tienen relativas facilidades para abrir mezquitas y centros islámicos por doquier. Menudos hipócritas!
Publicar un comentario