lunes, 12 de febrero de 2007

La alargada sombra de los protocolos de los sabios de Sión.

"Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad" (Joseph Goebbels).
Esta frase que solía decir el ministro de propaganda del regimen nazi es muy cierta. Fíjaos por ejemplo con la idea de la existencia de una conspiración judía para dominar a las naciones y así hacerse con el poder mundial. Esta falsedad, que puede leerse en los Protocolos de los sabios de Sión, escritos en la Rúsia zarista hace más o menos un siglo, sigue teniendo hoy en día mucho éxito. La prueba está en que destacados intelectuales, pensadores, artistas o simplemente ciudadanos de la calle piensan que, a pesar de ser un fraude literario, ese texto es verídico y que esa conspiración existe. No, no me estoy volviendo paranoico, es algo totalmente cierto. Como ejemplo de lo que digo os explico una anécdota que me ha contado hoy un buen colega mío que colabora con la SER. Al acabar de grabar el programa, se han puesto a conversar de economía varias de las personas que intervienen y una de ellas ha dicho: "la culpa de lo que ocurre hoy en la economía mundial es de los sionistas". Este comentario, sin importancia en apariencia, expresa prefectamente la idea de la existencia de una conspiración sionista (léase judía) para dominar la economía mundial y plasma todos los tópicos antisemitas de siempre: los judíos manejan el capital, forman un contubernio, no son de fiar, no se adaptan y son unos conspiradores.
Desgraciadamente, las ideas de la conspiración sionista para dominar la política o la economía mundial - actualización políticamente correcta de la idea de los protocolos - están muy extendidas y ejercen una gran influencia tanto en los medios de comunicación de derechas como de izquierdas. He podido leer en muchas ocasiones artículos muy influenciados por esas ideas conspirativas en páginas web, blogs o foros de ideologías muy diversas.
Hemos de romper con esos tópicos y con esas ideas antisemitas. Está claro que las comunidades judías que hay en España o en cualquier otro país tendrán una postura pro-israelí, pero eso no significa ni de coña que existan esas paranoicas conspiraciones que he mencionado. Sinceramente, los artículos que reflejan esas ideas conspirativas me revuelven el estómago y los considero pura basura.
El Libertario

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