sábado, 21 de abril de 2007

La delincuencia se apodera de las calles de Gaza

Según informa hoy el "País", en un interesante reportaje, en los últimos meses "los robos, los secuestros y los asesinatos se han multiplicado en la franja de Gaza y en Cisjordania con total impunidad". En efecto, la anarquía, la corrupción de las autoridades palestinas y el sectarismo partidista o clánico han sido fenómenos que han contribuido activamente a esta situación de desgobierno e inseguridad que se vive ahora en los territorios palestinos.
Esta situación nos demuestra que la realidad es mucho más compleja que los análisis simplistas y los dogmas de fe. Veamos, en Agosto del 2005, cuando el entonces presidente del gobierno A. Sharon llevó a cabo la desconexión de la franja de Gaza, en muchos medios de comunicación pro palestinos, se dijo que a partir de ese momento mejoraría substancialmente la situación de la población palestina, que se acabaría con la violencia arbitraria de la ocupación y que los habitantes de la franja gozarían de mayor libertad. Desafortunadamente, las cosas no han sido así. En parte, puede haber influido el boicot económico de los organismos internacionales al gobierno de Hamas, pero no olvidemos que dicha organización islamista también ha recibido un importante apoyo económico de Arabia Saudí, Siria e Irán, y en menor medida de otros países europeos y del mundo árabe - musulmán, y ese capital se ha invertido en armamento y en beneficiar a los clanes que apoyan a esa organización islamista, sin mirar en el bien común de la población palestina en general.
Es necesario un cambio en el liderazgo palestino. Tras la desaparición política de Yassir Arafat en Noviembre del 2004, parecía que este cambio era posible, pero desafortunadamente las expectativas no se han cumplido. Es necesario que surja una clase dirigente palestina, con pragmatismo político, capaz de superar las viejas rencillas clánicas o partidistas y mirar por el bien de su pueblo, y además que sea capaz de encarar unas negociaciones de paz con Israel de una forma realista, totalmente opuesta a la manera como lo hizo Y. Arafat en Taba o Camp David con E. Barak.
Hasta que eso no sea posible, hasta que no surja un nuevo liderazgo palestino, la paz será un objetivo muy díficil de alcanzar.

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